Carolina Dell´Oro

Ecología humana: ¿de qué hablamos?

La semana pasada me tocó presentar un seminario sobre conciliación trabajo y familia en Telefónica Chile, donde se dio a conocer la certificación de empresas familiarmente responsables, que desde hace ya unos años opera en España.

Por: Carolina Dell´Oro | Publicado: Viernes 8 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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La semana pasada me tocó presentar un seminario sobre conciliación trabajo y familia en Telefónica Chile, donde se dio a conocer la certificación de empresas familiarmente responsables, que desde hace ya unos años opera en España. El objetivo del seminario era explicar el sistema y promover su aplicación en empresas chilenas.



Si bien no cabe duda que el tema es sumamente interesante y necesario para el éxito de las empresas en los desafíos que el mundo les impone hoy, no puedo dejar de insertarlo en un concepto más amplio como es el de “ecología humana”.

Sin duda que durante mucho tiempo hemos sido testigos de la importancia del cuidado del medio ambiente, reciclar, reducir el consumo de energía y otros recursos, la contaminación y la huella de carbono. Sin embargo hoy aparece otra gran necesidad, hasta el momento poco atendida: que las sociedades se deben preocupar por construir y cuidar una ecología propiamente humana, que es lo que permite que las personas se desarrollen en plenitud conforme a su naturaleza, y no atentando contra ella. 
En esta línea, la sustentabilidad de una organización, es decir su posibilidad de perdurar exitosamente a través del tiempo, se asienta no sólo en los aspectos económicos, sino que de igual forma depende de la sustentabilidad humana: la permanencia, con satisfacción, del conjunto de personas que, con diferentes roles y tareas, contribuyen al logro del objetivo de la organización.

Para lograr la sustentabilidad humana de la que hablamos, y la creación de riqueza, es necesario construir al interior de las organizaciones un hábitat humano, un conjunto de condiciones físicas, emocionales, intelectuales y relacionales, que permitan el florecimiento y el desarrollo de las potencias de cada una de las personas en su integridad. Un campo apropiado para el aprendizaje y crecimiento personal; para el desempeño consciente de una tarea acorde con las capacidades de los colaboradores, afirmando su autoestima y expectativas. Es decir, donde el bienestar de las personas es un imperativo ético.

Incluso, podemos afirmar que el bienestar de las personas en las organizaciones, base de la sustentabilidad de las mismas, debe ser un objetivo central de la estrategia de una compañía.

En este contexto más amplio, se hace evidente la necesidad de la integración familia y trabajo, y enfrentar con seriedad y visión estratégica temas como el posnatal, la flexibilidad de la jornada, desarrollo de habilidades parentales, promoción del cuidado de niños menores y adultos dependientes. Los trabajadores son seres en relación,y en estas relaciones (de familia y de amistad), encuentran su plenitud, su felicidad. Lo que les permite dar lo mejor de si en los diferentes ámbitos de su vida, beneficiando en primer lugar a su grupo familiar y por supuesto, a la empresa de la cual forman parte.

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